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Alguna vez nos hemos de proponer descubrir la naturaleza del conocimiento para señalarnos una nueva manera de pensar y aún de vivir. No cabe duda que todo verdadero conocimiento siempre nace al amparo de una actitud espiritual. Alguien ha dicho, con justa razón que la verdad solo se revela a los ojos del amante. Es decir que se requiere la nobleza de la simpatía, el poder de la voluntad para descubrir lo que hay de oculto en la naturaleza, en el universo y en el hombre. Según esto, todo conocimiento lleva siempre una finalidad, un propósito, un anhelo. ¿Cuáles son estos propósitos por los…mehr

Produktbeschreibung
Alguna vez nos hemos de proponer descubrir la naturaleza del conocimiento para señalarnos una nueva manera de pensar y aún de vivir. No cabe duda que todo verdadero conocimiento siempre nace al amparo de una actitud espiritual. Alguien ha dicho, con justa razón que la verdad solo se revela a los ojos del amante. Es decir que se requiere la nobleza de la simpatía, el poder de la voluntad para descubrir lo que hay de oculto en la naturaleza, en el universo y en el hombre. Según esto, todo conocimiento lleva siempre una finalidad, un propósito, un anhelo. ¿Cuáles son estos propósitos por los cuales el hombre descubre la verdad y ahonda el conocimiento? Graves pensadores han intentado esta revelación y nosotros expondremos algunas de ellas.
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Autorenporträt
EL DR. ADALBERTO GARCIA DE MENDOZA (1900-1963). Después de haber estudiado 7 años en universidades alemanas, música y filosofía, regresa a México en 1927, iniciando cursos en la Preparatoria y la Universidad Nacional Autónoma de México donde introdujo por primera vez en México la filosofía alemana siendo el primero en enseñar el neokantismo de Baden y Marburgo, la fenomenología de Husserl y el existencialismo de Heidegger de ahí que se le reconoce como el "Padre del Neokantismo Mexicano." En 1954 recibió el primer premio internacional de filosofía Oriental convocado por las Universidades Japonesas cuyo galardón lo recibió en Japón por su alteza Imperial el Principe Takamatsu, hermano del Emperador de Japón. De 1938 a 1943 fue director del Conservatorio Nacional de Música de México. En 1962 recibió un diploma otorgado por la UNAM al cumplir 35 años como catedrático. Escribió aproximadamente setenta y cinco obras de filosofia, música, matemáticas, arte, y socialismo.