Esta obra resume una extensa trayectoria intelectual, académica y clínica, de casi 30 años investigando la esperanza. Más allá de los hallazgos, constituyó una experiencia muy enriquecedora porque la esperanza abre los horizontes promisorios del futuro, permite siempre concebir lo mejor, da fuerzas y motivación para enfrentar la adversidad, proporciona fortaleza para no bajar los brazos, estimula la resiliencia, da confianza, ayuda a sentirse mejor, incrementa los lazos de solidaridad y sociabilidad, brinda orientación en cuestiones particulares y le da sentido a la vida en general, siendo una fuente inagotable de bienestar y felicidad. Especialmente, la esperanza trascendente amplía más las virtudes de la esperanza común para superar los límites de la vida y de la muerte, abriendo los espacios infinitos de la eternidad con la promesa divina de riquezas sin fin. Espero que al lector le resulte tan gratificante leer este libro como para mí fue el escribirlo.