El texto compila una serie de reflexiones que surgen de las investigaciones que la autora ha realizado sobre el patrimonio arquitectónico moderno en vistas a poder enunciar criterios sustentables para su puesta en valor. Esa búsqueda siempre estuvo ligada a entender la relación de la arquitectura con su medio, tanto físico como cultural, y a detectar las herramientas disponibles para optimizar la respuesta que ésta puede ofrecer a los nuevos desafíos del siglo que transitamos, en particular en lo referente a rehabilitar el legado recibido e incorporarle funciones compatibles con un mundo que no puede darse el lujo de destruir no solo lo material sino tampoco el mensaje cultural implícito.