La traducción no puede quedar limitada estrictamente a los textos tradicionales o impresos ni al aspecto puramente lingüístico, sino que debe atenderse a aquellas transformaciones condicionadas técnicamente que repercuten directamente en esta actividad. A ello habría que agregar la dificultad y exigencia añadida de que los traductores dominen las TIC de manera general, yendo hasta la incorporación de conocimiento experto en el empleo de editores textuales adecuados (editores Web) que faciliten su trabajo, incluso, en línea. Claro está que si bien la estructuración de los textos digitales en línea es fuente de la cual emergen especificidades importantes, la parte relacionada con el trasvase lingüístico y cultural gana complejidad desde la misma estructura exigiendo adaptaciones importantes y concesiones más allá de la traducción tradicional. Sobre esta base se presentan posibles problemas de traducción de base tecnológica, identificados a partir del estudio comparado de sitios weben español y alemán.