
Ética y deontología de la profesión docente
Un enfoque africano. Lucha contra los malos hábitos en el entorno educativo. Necesidad y urgencia
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El profesor es uno de los actores del sector educativo. No es sólo un maestro (magister) cuyos conocimientos se admiran, sino también un ejemplo, un modelo de vida a imitar. En efecto, al igual que el niño imita a sus padres porque son la imagen acabada de sí mismo, el maestro imita a sus alumnos. Una educación defectuosa, es decir, cuyo contenido deja que desear, afecta a la persona beneficiaria con defectos irreversibles; pero también las carencias o deficiencias notorias por parte del formador tienen consecuencias incalculables en la persona a formar. Por eso, para educar a los educan...
El profesor es uno de los actores del sector educativo. No es sólo un maestro (magister) cuyos conocimientos se admiran, sino también un ejemplo, un modelo de vida a imitar. En efecto, al igual que el niño imita a sus padres porque son la imagen acabada de sí mismo, el maestro imita a sus alumnos. Una educación defectuosa, es decir, cuyo contenido deja que desear, afecta a la persona beneficiaria con defectos irreversibles; pero también las carencias o deficiencias notorias por parte del formador tienen consecuencias incalculables en la persona a formar. Por eso, para educar a los educandos, se requieren protagonistas de competencia, cualidades intelectuales, morales y espirituales. Porque en el proceso de educación también hay un cierto grado de participación voluntaria de la persona a educar. Él o ella no sufre la educación, sino que co-actúa.