Ética y rendimiento son dos puntos de referencia esenciales para la vida humana. En general, la relación entre ética y economía ha sufrido muchas vicisitudes a lo largo de los tiempos. Los filósofos de la Antigüedad griega y los teólogos de la Edad Media consideraban que la economía y la moral eran inseparables, mientras que los mercantilistas creían que la economía debía separarse de toda consideración moral y religiosa. A partir de la Revolución Industrial, la oposición iniciada por los mercantilistas fue exacerbada posteriormente por los liberales. Una cosa llevó a la otra, el rendimiento económico pasó de ser un medio para la felicidad a un fin en sí mismo.Sólo en las últimas décadas ha empezado a desvanecerse la visión maniquea de la economía. A raíz de los escándalos reiterados, las crisis recurrentes y el impacto negativo de la vida económica en la sociedad y el medio ambiente, asistimos a un retorno a la ética en la teoría económica y de gestión.
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