En memoria de mi Amada Hija El tiempo, borrascoso, transcurrió implacablemente; conocía su desenlace, mas, albergaba una esperanza que mantenía la tenue llama de vida sobre ella. Me había propuesto dedicar ésta o una parecida obra sobre el curso de su penosa enfermedad, pero, mis sentimientos, el amor de padre, no me lo permitieron hasta pasados dos años de su partida en que ha habido una bonanza en medio de la tempestad.