En odontología, no existe un único material que sea ideal por naturaleza y cumpla todos los requisitos de un material ideal. Así pues, la búsqueda de un "material restaurador ideal" continúa, lo que ha llevado a la introducción de una nueva generación de materiales. Son los llamados "materiales inteligentes". Los materiales inteligentes pueden definirse como materiales diseñados que tienen una o más propiedades que pueden modificarse significativamente de forma controlada mediante estímulos externos, como la tensión, la temperatura, la humedad, el pH y los campos eléctricos o magnéticos.Estos materiales también se denominan materiales sensibles. La ciencia de los materiales ya no es lo que era. Tradicionalmente, los materiales utilizados en odontología se diseñaban para ser pasivos e inertes, es decir, para mostrar poca o ninguna interacción con los tejidos y fluidos corporales. Los materiales utilizados en la cavidad bucal solían juzgarse por su capacidad para sobrevivir sin interactuar con el entorno bucal. El escenario actual ha cambiado. Muchos de los materiales avanzados que están a la vanguardia de la ciencia de materiales son funcionales. Se les exige que realicen cosas y que experimenten cambios intencionados. Desempeñan un papel activo en el funcionamiento de la estructura o el dispositivo.
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