Realicé esta tesis convencida que una sociedad más justa, tolerante e inclusiva, es posible, y que la propuesta de una escuela inclusiva, tiene mucho que aportar a ello. Y pude comprobar que las diferencias trabajadas en la escuela inclusiva, en el marco de un programa de convivencia en la diversidad que se proponga adquirir o mejorar las actitudes de los alumnos hacia grados cada vez mayores de tolerancia y no discriminación, son una oportunidad única de aprender, de enseñar y de crecer como docentes, como alumnos, como seres humanos.