Este libro aborda uno de los aspectos más apasionantes de la actividad de traducir: el papel que desempeña el traductor en el mundo contemporáneo, caracterizado por la globalización, la hibridación y la asimetría. Partiendo de la desconstrucción de las definiciones esencialistas de la traducción, el libro se adentra en algunas situaciones de desigualdad entre lenguas y entre culturas que ponen en duda la tan traída y llevada neutralidad del traductor.