En años recientes se ha establecido que la capacidad de sentir frío en la piel se debe en primera instancia a la presencia en las terminales nerviosas del canal iónico TRPM8, proteína que es también sensible al mentol. En las vísceras, diversos estudios han reportado la presencia de terminales nerviosas sensibles al frío, de las cuales sin embargo se conoce muy poco. El presente trabajo tiene como objetivo estudiar las características de las neuronas sensoriales sensibles al frío en el nervio vago. En cultivos de neuronas del ganglio nodoso, se midió la respuesta de estas neuronas al frío y a diversos fármacos, usando las técnicas de imagen de calcio y patch clamp. Las conclusiones a las cuales se llega son inesperadas: hay una alta proporción de neuronas sensibles al frío en el nervio vago, y el mecanismo molecular de dicha sensibilidad es el canal iónico TRPA1, en claro contraste con lo que sucede en la piel. Se discuten las posibles implicaciones fisiológicas y clínicas que este descubrimiento pueda tener.