En alrededor del 70% de los casos, el dolor oncológico en los ancianos puede estar relacionado con la propia enfermedad, con su tratamiento o con los cuidados asociados a esta enfermedad oncológica, o con cualquier otra comorbilidad, frecuente en esta población anciana. La atención a estos pacientes es siempre integral, combinando medidas generales con terapias específicas farmacológicas y no farmacológicas. En todos los casos, el tratamiento específico del cáncer sigue siendo el tratamiento de referencia para el dolor relacionado con la propia enfermedad. En los casos en los que el tratamiento etiológico no sea adecuado en el manejo del paciente, o en todo caso para complementar el efecto analgésico de éste, se indicarán analgésicos de los tres niveles de la OMS. Su prescripción, puramente sintomática, se basa en las mismas reglas en onco-geriatría que para cualquier otro paciente. Por último, la multiplicidad de causas de este dolor, y los numerosos medios disponibles para manejarlo, no deben interferir con un enfoque diagnóstico y terapéutico riguroso. De ahí la necesidad de saber manejar con seguridad y precisión los analgésicos u otras moléculas asociadas, que pueden
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