Los orígenes del utilitarismo se encuentran en los cambios sociales de la Inglaterra del siglo XIX. La industrialización necesitaba una filosofía que posibilitara la reforma de sus estamentos políticos. El fundador de utilitarismo Jeremy Bentham es quién delineó las bases que servirán para sustentar la política social. El principio de utilidad expresado en la maximización del placer y la disminución del dolor es la guía que todo representante político tiene que considerar al momento de formular las leyes. Bentham parte por el cálculo cuantitativo tomando los placeres y dolores al mismo nivel. Fue John Stuart Mill quien realiza la distinción, estipulando que existen placeres cualitativos que redundan en el mejoramiento de la humanidad. El pensamiento de Mill excluye a los animales situándolos en el nivel más bajo de los placeres. Es Peter Singer quién toma los principales planteamientos del utilitarismo reformulándolo, y logrando extenderlo a todos los seres con capacidad de sentir placer o dolor, con ello toca temas polémicos como el status de los animales no-humanos, el concepto de persona y la pertinencia de la experimentación con animales.