Realizar un análisis político de la literatura implica una discusión de la noción de responsabilidad, en la cual se entrelazan los ámbitos y esferas en las que se desenvuelve la actividad de un escritor. En la creación de una obra literaria, el autor escribe desde su propia experiencia y de esta manera plasma su visión de lo público y lo privado, lo cual permite que la literatura sea un medio privilegiado para generar reflexión, conciencia de la realidad y de lo que ocurre en una época. De la mano con estas características, la literatura tiene el poder de ser testigo, testifica y deja huella para la posteridad, dado que llena esas zonas grises en las que no está la Historia sino las historias, que construyen la vivencia cotidiana de los individuos.