El Estado turco adoptó políticas estrictas y métodos militares severos en el decenio de 1990 para superar al PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) que desafiaba el establecimiento del Estado turco mediante su discurso etnopolítico y que, por lo tanto, era considerado principalmente como una organización terrorista contra la seguridad nacional. En este libro se analizan el enfoque y las políticas de contrainsurgencia de cada gobierno, así como las tácticas y operaciones militares turcas para frenar la amenaza del PKK en los años noventa. Además, trata de responder cómo esas políticas complicaron la cuestión kurda y desafiaron al Estado turco desde tres direcciones: el sudeste de Turquía, el norte de Iraq y Europa occidental. Aunque las políticas anti-PKK durante cada período de gobierno no se diferenciaron mucho entre sí, el objetivo es mostrar que las autoridades civiles turcas no tomaron la iniciativa y que el enfoque dominado por los militares agravó las circunstancias sociales y políticas de la región, por lo que fortaleció el discurso antiestatal del PKK que condujo al auge del nacionalismo kurdo.
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