Esta obra hace referencia al espíritu de servicio predominante en el venezolano y un debate entre lo ¿servicial o servil? frente al desafío de incorporar elementos filosóficos de la calidad de vida en tiempos de crisis y cuyo propósito plantea aportar nuevas interpretaciones sobre calidad de servicio del venezolano y su conectividad sistémica con el incremento de la productividad y competitividad del país. Mediante la realización de un Estado del Arte, se logran determinar algunas de las tendencias más relevantes del entorno de una Venezuela en pleno siglo XXI trastocada por una tormenta de caos y el impacto comienza a evidenciarse en las relaciones de interacción entre sus sujetos. Históricamente el mercado poco competitivo venezolano, no ha tenido la necesidad de exigir excelencia en temas de calidad debido a la protección de políticas macroeconómicas dependentistas del petróleo. En el año 2017, continua la caída del precio del barril, acentuándose la criticidad inflacionaria: no hay confianza; la desesperanza colectiva, la escasez, deterioro social, violencia, inseguridad jurídica, emigración y otros factores son compactados en esta investigación heurística y hermenéutica.