La observación de la naturaleza es el punto de partida de este análisis de la escultura tradicional de la cultura oriental y de la cultura occidental. La tradición escultórica y artística de ambas culturas favorece un arte que refleja la naturaleza particular de ellas, y desde este punto de vista tiene una serie de características comunes, independientes de las diferencias culturales propias de ambas civilizaciones. Con esta investigación se ha pretendido indagar más a fondo en las similitudes formales y conceptuales, que los artistas tradicionales han desarrollado en sus obras, y cómo estas similitudes son testigo de que la naturaleza humana en su conjunto esta íntimamente conectada a pesar de las distintas religiones, políticas, geografía, cultura, etc. Por todo ello, la idea que cimienta toda este estudio es la de que estas culturas confluyen en unas raíces comunes, que están en su base y que las hace estar más trabadas de lo que aparentemente revelan, y además determinadas por una actividad esencial que es la observación de la naturaleza, esta ha constituido una forma de encarar la actividad artística que definirá lo que se llama el arte tradicional.