A principios del siglo XX surge un género literario denominado distópico con autores que recrean universos perversos, dañinos para el individuo. Tras la Segunda Guerra Mundial, Europa se revela como una utopía fallida, degenerada, una realidad distópica en la que el individuo se encuentra aislado y oprimido por los gobiernos totalitarios. En este contexto, en el teatro europeo encontramos una serie de obras que recrean universos distópicos fruto de la experiencia de la guerra y la posguerra que exploran los efectos que ambas tuvieron sobre el sujeto.