En América Latina aún hay niveles importantes de desigualdad, medida fundamentalmente a través de parámetros tangibles como el ingreso. Los ingresos del trabajo representan una proporción importante en los recursos del hogar y una de las dimensiones de la desigualdad es la desigualdad en los salarios, afectando de manera distinta a hombres y mujeres. Por otra parte, en nuestro país existe una baja tasa de participación laboral de las mujeres, lo que puede redundar en la feminización de la pobreza. Uno de los factores que explican esta feminización de la pobreza y desigualdad es la carga de trabajo no remunerado, la que se revela a través de la distribución del uso del tiempo que hombres y mujeres asignan a diferentes tareas necesarias para la subsistencia del hogar, lo que es preciso visibilizar, medir y considerar en las políticas públicas con enfoque de equidad. Este trabajo muestra la diferencia que existe en la distribución del uso del tiempo entre hombres y mujeres, en distintos grupos de actividades, a partir del análisis de los datos de la Encuesta de Uso del Tiempo realizada de manera experimental por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en Chile el año 2007.