En 1994 con la Ley General de Educación, Colombia inició un proceso de modernización educativa. Entre las reformas estuvo la creación de espacios de participación política como los gobiernos escolares. Aunque muchas instituciones educativas hicieron grandes esfuerzos por ampliar el espectro de participación democrática, se observa que, sin fortuna, tanto las reformas educativas de la Ley como las iniciativas locales, no han logrado influir notablemente en la profundización de prácticas de acción democrática, especialmente entre la comunidad estudiantil. Ninguna reforma ha sido suficiente porque no se ha logrado modificar la estructura jerárquica predominante en la escuela colombiana. La comunidad escolar, sobre todo los estudiantes, carecen aún de incidencia política real en la planeación de los asuntos que gobiernan la vida cotidiana de los centros formativos. Este informe busca reivindicar el protagonismo de los estudiantes como forjadores de transformaciones sociales e institucionales que operan desde múltiples esferas, no tanto desde los espacios formales , sino, desde lugares de sociabilidad política que acontecen en su praxis cotidiana.