En la década del 90, en el marco de una amplia reforma del sistema educativo, el Ministerio de Educación de la República Argentina instauró el Sistema Nacional de Evaluación de la Calidad educativa. Las evaluaciones nacionales implementadas desde entonces alcanzaron un lugar central en la agenda política-educativa del país. ¿Pero qué usos ha hecho el Ministerio nacional de las evaluaciones? ¿Qué funciones han cumplido las evaluaciones a lo largo de los años? En este trabajo se analizan las diversas líneas de acción desarrolladas por el Ministerio a partir de cada evaluación entre 1994 y 2001 y se muestra que, más allá de las funciones proclamadas de mejoramiento de la educación, las evaluaciones han sido objeto de usos políticos, ligados a objetivos gubernamentales de más corto plazo. Con ello, el trabajo no pretende desacreditar los sistemas de evaluación como instrumentos de direccionamiento y de mejora de los sistemas educativos. Antes bien, supone que un mayor reconocimiento de su dimensión política podrá contribuir a aumentar su transparencia y efectividad.