Se cree que la malaria es una de las enfermedades humanas más antiguas. Durante mucho tiempo ha tenido graves efectos en la morbilidad y la mortalidad, y a su vez en el tejido económico y social de las naciones y la sociedad. Durante mucho tiempo se han utilizado diversos métodos para mitigar su frecuencia y efectos tanto en climas templados como tropicales. En la actualidad, el tratamiento más eficaz de la malaria se basa en los derivados de la artemisinina, un extracto de la planta Artemisia annua. Sólo las terapias combinadas basadas en la artemisinina (TCA) cumplen las normas internacionales establecidas por la OMS y UNICEF para la curación de la malaria. La demanda actual de artemisinina es muy superior a la oferta, por lo que los investigadores trabajan en todo el mundo para mejorar el contenido de artemisinina en la planta por diversos medios. Este trabajo explica el uso potencial de los oligómeros de alginato de sodio derivados radiológicamente, junto con el fósforo aplicado al suelo, para inducir la productividad y la síntesis de artemisinina (fármaco antipalúdico) en las plantas de Artemisia annua.
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