Nuestras relaciones sociales y de producción están cambiando a la sazón del conocimiento aplicado y la tecnología digital. Esta situación plantea un nuevo escenario económico, una nueva economía, una economía digital, con actores que desde lo local impactan lo global a la velocidad de un "click", con empresas y emprendimientos 2.0 que gerencian áreas de un organigrama cada vez más plano, con medios digitales y redes sociales capaces de informar instantáneamente, donde la economía colaborativa marca la pauta para la expansión global de la tecnología y la información, creando continuamente valor para los prosumidores en sociedad.