La educación es una tarea central en la configuración de un país como un espacio de convivencia; la Universidad es un espacio experiencial que complementa la educación básica como una oportunidad de ampliar la capacidad de reflexión del estudiante, de modo que éste pueda de hecho ser responsable en su participación cotidiana en la creación de la nación. El conocimiento del mundo que vivimos es condición necesaria para el actuar responsablemente en él al participar en su construcción cotidiana.