Tras esta primera serie de experimentos elásticos, las mismas probetas se cargaron gradualmente en UTM hasta el fallo del material para determinar la capacidad de detección de daños del hormigón autodetectable. Todas las muestras con fibras mostraron inicialmente una resistencia decreciente a la compresión, pero al aumentar la carga de compresión la resistencia también aumentó. El aumento de la resistencia fue gradual hasta el 75% de la tensión de fractura, pero fue abrupto y bastante lineal para las tensiones más allá de este rango (es decir, por encima del 75% de la tensión de fractura). Así, entre las mezclas de hormigón que contenían porcentajes variables de fibras de carbono, las que tenían un porcentaje de fibras superior a 1,5 eran las más atractivas, ya que presentaban una combinación de linealidad (entre la resistividad y la tensión) y un gran aumento de la resistividad fraccional.
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