Durante la segunda mitad del siglo XX, la Facultad de Medicina de la UNAM ofreció formación en las nuevas especialidades médicas a extranjeros, especialmente latinoamericanos; que una vez concluida su formación se enfrentaron a la decisión de regresar a sus países de origen con conflictos generadores de inestabilidad política o quedarse en donde habían sido adoptados. Ellos se enfrentaron en diversos grados a un proceso de adaptación en su integración a la sociedad mexicana, teniendo como vínculo el desarrollo de su profesión en un sitio específico: la Universidad. Durante los años 50 llegan a México grupos de intelectuales y científicos hatianos, argentinos, dominicanos y guatemaltecos; en la década de los 60 son recibidos brasileños y bolivianos. En la siguiente década se mueven gran cantidad de inmigrantes de Argentina, Chile y Uruguay; causando entre los mexicanos la sensación de verse "invadidos" en ciertas áreas laborales, especialmente en instituciones educativas como la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Autónoma Metropolitana.