La violencia y acoso psicológico se ha convertido en un grave problema, que afecta a millones de trabajadores alrededor del mundo. Los profesionales de la salud y especialmente el colectivo de enfermería, ha sido identificado como uno de los grupos más vulnerables ante estas prácticas. Los efectos en la salud física y mental de las víctimas son considerables, incluyen un sinnúmero de síntomas físicos, disminución de la autoestima y estados depresivos graves que pueden obligar al empleado a alejarse de su lugar de trabajo, abandonar su profesión o incluso quitarse la vida.