El tema de la violencia es complicado, delicado y serio, debido a las complejas encrucijadas teóricas que se presentan a la hora de pretender abordarlo desde cualquier disciplina. Las lecturas hegemónicas sobre la violencia, en nuestro presente, más que enfrentar dicha complejidad, intentan patologizarla y establecer vías de intervención aparentemente plausibles para erradicar cualquier expresión "agresiva" que se dé en las interacciones sociales. Sin embargo, las circunstancias actuales nos plantean que inmiscuirse en la violencia exige no quedarse con la cara más visible del problema (Bullying, asesinatos, peleas, insultos, etc.), y dar por hecho lo negativo del fenómeno; al contrario, invoca la necesidad de comprender cómo nos la narramos, explicamos, investigamos e intervenimos. En este texto, nuestro propósito es tratar de dar solidez, a través de un análisis de sus elementos e implicaciones, a nuestra tesis principal: En nuestro presente biopolítico existe una hegemonización de la disciplina de la Salud Pública en torno al fenómeno de la violencia que tiene repercusiones en las prácticas e intervenciones educativas, materializándose en lo que llamaremos pharmakogogía.