La violencia sexual se registra como parte de la violencia de género, la cual se empezó a vigilar en el Sistema de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila) a partir de julio del año 2012. A partir de dicha fecha, todas las instituciones de salud que atienden personas por violencia de género tienen la obligación de notificar los casos en el evento 875. La notificación de la violencia se diferencia de manera importante de los demás eventos adversos de salud física que se presentan en la población y que son de obligatoria notificación. La característica más importante y que afecta directamente la calidad de los datos, tiene que ver con la información que suministran los pacientes que son atendidos. Las repercusiones legales o familiares que potencialmente puede haber en contra de los agresores, hace que alguna parte de la información suministrada por las víctimas o sus acompañantes esté acompañada de ciertos sesgos. Los 3 tipos de violencia sexual que se tendrán en cuenta son los siguientes: Abuso sexual, acoso sexual, violación o asalto sexual.