Hasta hace muy pocos años, el mundo virtual y el real constituían realidades independientes. Con la aparición y continuo desarrollo del software de 3D y los entornos de visualización, esas dos realidades se han mezclado. Las antiguas categorías en las que estaban clasificadas las artes clásicas (pintura, escultura, cerámica, etc.) resultan cada día fronteras más exiguas para describir las manifestaciones artísticas que actualmente se están realizando. A raíz de la proliferación de las técnicas digitales y virtuales, han surgido nuevas oportunidades profesiones que están demandando expertos en creación audiovisual y digital, profesores de técnicas digitales, creativos digitales y tridimensionales de diversa índole, diseño de videojuegos, animación digital, iluminación, etc. Todo esto implica un cambio ontológico profundo que afecta a toda la sociedad. Quizás estemos próximos a una revolución estética sin precedentes en la historia.