La masacre de Carandiru de 1992 ha marcado de forma decisiva la historia reciente de Brasil. La simple mención al nombre de esta superpoblada prisión-ciudad, desactivada en 2002, alude al asesinato de 111 presos, a un gueto de excluidos y marginales, a un mundo-infierno, a un referente del sistema penitenciario y a una metáfora potente de Brasil. Este trabajo tiene como objetivo el análisis comparativo de dos films brasileños de 2003 que cuentan relatos de la experiencia en este mítico presidio de San Pablo y construyen memoria de todo ello. El film de ficción de Héctor Babenco Carandiru narra las tribulaciones de un grupo de presos en clave de melodrama carcelario y el destino final que les espera a todos ellos con la invasión y carga policial. El documental de Paulo Sacramento El prisionero de las rejas de hierro (autorretratos), gracias al dispositivo propiciado por un curso de video con pequeñas cámaras digitales, aglutina una serie de retratos filmados por los presos sobre sus quebrantadas vidas en el penal de Carandiru.