Nunca en mi profesión de escritor y poeta he sentido la satisfacción de haber escrito un libro que haya ocupado un amplio lugar en mi mente y corazón, como éste que acabo de concluir dedicado a ese hermano, colega, sacerdote, hijo de Dios, padre incondicional.Dijo nuestro Apóstol de Cuba, José Julián Martí Pérez, que ¿Honrar, honrä; el reconocimiento a Monseñor Pere Grau i Andreu, por tan grande obra en pro de los humildes, sin distinción alguna, de construir un lugar a sus sentimientos y, transmitirlo al mundo, instándolos a no ¿aparcarse¿, como dijera en su último escrito HOLA! es mi convicción de haber obrado como debí obrar.Haber materializado la idea que hace tiempo me rondaba, me libera de todo peso que lleva a cumplir con el deber. Me siento libre!