16,99 €
inkl. MwSt.

Versandfertig in über 4 Wochen
payback
8 °P sammeln
  • Broschiertes Buch

La primera vez que escuché la voz, pensé que era una broma de mal gusto. Era pasada la medianoche, y mi bandeja de entrada brillaba con la luz tenue del monitor. El archivo de audio llegó sin asunto, sin remitente, sin advertencia. Al principio, dudé en abrirlo. Algo en esa línea de datos vacía, en esa falta de origen, me puso los pelos de punta. Lo reproduje con cautela, y ahí estaba: una voz masculina, ronca, rota por la desesperación, como si viniera desde algún lugar muy, muy lejano. "Lucía... tú puedes escucharme. Por favor, ayúdame." El corazón se me detuvo por un instante. Nadie sabía…mehr

Produktbeschreibung
La primera vez que escuché la voz, pensé que era una broma de mal gusto. Era pasada la medianoche, y mi bandeja de entrada brillaba con la luz tenue del monitor. El archivo de audio llegó sin asunto, sin remitente, sin advertencia. Al principio, dudé en abrirlo. Algo en esa línea de datos vacía, en esa falta de origen, me puso los pelos de punta. Lo reproduje con cautela, y ahí estaba: una voz masculina, ronca, rota por la desesperación, como si viniera desde algún lugar muy, muy lejano. "Lucía... tú puedes escucharme. Por favor, ayúdame." El corazón se me detuvo por un instante. Nadie sabía que estaba despierta a esa hora. Nadie, excepto yo y la oscuridad que llenaba mi pequeño apartamento. La voz continuó, pausada, arrastrando las palabras como si cada una le costara un esfuerzo monumental. Describía un lugar de completa oscuridad, un encierro donde no podía moverse ni respirar bien. El pánico en su tono era tan palpable que sentí un nudo en la garganta. "No estoy muerto. Estoy aquí abajo, Lucía. Ayúdame antes de que sea tarde." El audio terminó con un silencio prolongado, seguido por un ruido de fondo: algo que sonaba como un golpe seco, distante, repetitivo. Como si alguien rascara desde el otro lado de una puerta sellada. Mis manos temblaron al detener la reproducción. Revisé la dirección del remitente, pero no había nada. Ni siquiera una IP rastreable. Solo ese archivo, esa voz, y un peso que de pronto parecía llenar la habitación entera. Respiré hondo, intentando convencerme de que era un truco, un montaje. Pero, a medida que las horas avanzaron, una sola pregunta se repetía en mi mente, cada vez más insistente, como un eco en una cueva sin salida: ¿Y si no lo era? Lo que no sabía entonces era que esa voz sería el primer paso hacia un abismo insondable. Un abismo lleno de secretos olvidados, conspiraciones enterradas, y gritos que nunca debieron haber sido escuchados. Era solo el principio.
Hinweis: Dieser Artikel kann nur an eine deutsche Lieferadresse ausgeliefert werden.