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- Esta edición es única; - La traducción es completamente original y se realizó para el Ale. Mar. SAS; - Todos los derechos reservados.
Las extensas guerras a las que se vio sometido Luis XIV durante su reinado, al tiempo que drenaban el tesoro del Estado y agotaban la sustancia del pueblo, contenían no obstante el secreto que condujo a la prosperidad de un enjambre de esos chupasangres que siempre están al acecho de las calamidades públicas, las cuales, en lugar de apaciguar, promueven o inventan para, precisamente, poder beneficiarse de ellas con mayor ventaja. El final de este reinado…mehr

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- Esta edición es única;
- La traducción es completamente original y se realizó para el Ale. Mar. SAS;
- Todos los derechos reservados.

Las extensas guerras a las que se vio sometido Luis XIV durante su reinado, al tiempo que drenaban el tesoro del Estado y agotaban la sustancia del pueblo, contenían no obstante el secreto que condujo a la prosperidad de un enjambre de esos chupasangres que siempre están al acecho de las calamidades públicas, las cuales, en lugar de apaciguar, promueven o inventan para, precisamente, poder beneficiarse de ellas con mayor ventaja. El final de este reinado tan sublime fue quizás uno de los períodos de la historia del Imperio francés en el que se vio surgir el mayor número de estas misteriosas fortunas cuyos orígenes son tan oscuros como la lujuria y el libertinaje que las acompañan. Fue hacia el final de este período, y no mucho antes de que el Regente intentara, por medio del famoso tribunal que lleva el nombre de Chambre de Justice, hacer salir a esta multitud de traficantes, cuando cuatro de ellos concibieron la idea de las singulares juergas de las que vamos a dar cuenta. No hay que suponer que era exclusivamente la clase baja y vulgar la que realizaba estas estafas; caballeros de la más alta categoría encabezaban la manada. El duque de Blangis y su hermano, el obispo de X***, que de este modo habían acumulado inmensas fortunas, son en sí mismos una prueba sólida de que, al igual que los demás, la nobleza no descuidaba las oportunidades de tomar este camino hacia la riqueza. Estos dos ilustres personajes, a través de sus placeres y negocios estrechamente asociados con el célebre Durcet y el presidente de Curval, fueron los primeros en dar con el desenfreno que nos proponemos relatar, y tras comunicar el plan a sus dos amigos, los cuatro se pusieron de acuerdo para asumir los principales papeles en estas insólitas orgías.