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Lyria era la princesa del reino.
Joven, virgen, protegida.
Prometida al príncipe vecino.
Viviendo entre lujo y capricho.
Pero su padre era un tirano.
Y a todo tirano le llega su día.
Su propia guardia real le traicionó.
Acabaron con él, y peor aún…
… tomaron a su hija como trofeo.
Como su juguete particular.
Su saco de boxeo particular.
Su esclava sexual particular.
Primero, encerrarla en una mazmorra.
Oscura, sola, sucia. A llorar.
Y cuando no tuviera más lágrimas…
Cuando tuviera hambre, y sed…
… la darían de comer y beber.
Poll* y “leche”. Día y noche.
Entonces la harían una mujer.
Llenarla, por todos lados.
Y si duele, mejor.
Y si grita, mejor.
Hasta que aprenda su lugar.
Y en lugar de gritar, lo pida.
Pues siendo complaciente…
… siendo una buena esclava…
… era su única forma de vivir.
Si quería comer y beber de verdad.
Su infierno duró una eternidad.
O al menos, se sintió como tal.
Hasta que a todo tirano le llega su final.
Joven, virgen, protegida.
Prometida al príncipe vecino.
Viviendo entre lujo y capricho.
Pero su padre era un tirano.
Y a todo tirano le llega su día.
Su propia guardia real le traicionó.
Acabaron con él, y peor aún…
… tomaron a su hija como trofeo.
Como su juguete particular.
Su saco de boxeo particular.
Su esclava sexual particular.
Primero, encerrarla en una mazmorra.
Oscura, sola, sucia. A llorar.
Y cuando no tuviera más lágrimas…
Cuando tuviera hambre, y sed…
… la darían de comer y beber.
Poll* y “leche”. Día y noche.
Entonces la harían una mujer.
Llenarla, por todos lados.
Y si duele, mejor.
Y si grita, mejor.
Hasta que aprenda su lugar.
Y en lugar de gritar, lo pida.
Pues siendo complaciente…
… siendo una buena esclava…
… era su única forma de vivir.
Si quería comer y beber de verdad.
Su infierno duró una eternidad.
O al menos, se sintió como tal.
Hasta que a todo tirano le llega su final.