A pesar de haber nacido en la misma ciudadela, Tiziano y Saifel no estaban destinados a encontrarse. Tiziano había sido gobernador dentro de aquellas murallas y ansiaba por conocer qué sucedía más allá de ellas. Saifel solo era un joven con inquietud por aprender y jamás habría podido sospechar que lo que empezaría como una mera enseñanza sobre la vida, ocultaba una de las misiones más inesperadas y extrañas que pudiera imaginar. Ambos hallarían respuestas al resguardo del tilo rojo.