A Arthur le tocaron las peores cartas de la baraja al llegar al mundo: una madre muerta por una sobredosis de heroína, una tía medio lunática, los años en el reformatorio, descubrirse gay en la España de los años 80, la cárcel... Pero es precisamente en prisión donde encuentra por primera vez la comprensión y el cariño que necesitaba, por parte de su compañero de celda: el Piro, un atracador de bancos. Sin embargo, la puesta en libertad de Piro lo deja indefenso frente al resto de presidiarios y las insaciables garras del terrorista Pilón. Violado y traumatizado, Arthur regresa a la sociedad, trata de reconstruir su vida, ocultando su orientación sexual ante sus amigos de toda la vida, pero desmelenándose en el ambiente barcelonés de finales de siglo. Aun así, la sombra del recuerdo persiste, igual que sus ansias de venganza. -