Mucho se ha escrito acerca del amor que une y que solo la muerte separa. Siempre es ese el deseo. Sin embargo, muchos amores se rompen. ¿Era un proceso inevitable o más bien un fallo humano, corregible a tiempo? Desde su observatorio como juez, el autor ha contemplado a numerosas parejas en crisis, y ha conocido a otras muchas que las han superado felizmente. Recoge aquí varias de ellas, enmascarando sus datos, con la intención de potenciar la estabilidad de la pareja.