Los frutos secos son semillas pobres en agua y ricas en grasa, como la nuez, el anacardo, la almendra, la avellana, las pipas de girasol o los cacahuetes, o en hidratos de carbono complejos, como las bellotas y las castañas. Gracias a su interesante valor nutritivo se les considera alimentos apropiados para reponerse tras un esfuerzo físico intenso y duradero. Especialmente si este esfuerzo provoca un alto consumo de calorías o, lo que viene a ser lo mismo, un gasto energético importante.
Este es precisamente el caso de los deportes de larga duración o de un ejercicio físico sostenido a lo largo del tiempo, como podría ser una excursión a ritmo fuerte de varias horas o pruebas deportivas prolongadas. El esfuerzo que se mantiene en estos casos provoca que, conforme se van agotando las reservas de glucógeno, el organismo emplea las grasas como principal combustible energético.
Este es precisamente el caso de los deportes de larga duración o de un ejercicio físico sostenido a lo largo del tiempo, como podría ser una excursión a ritmo fuerte de varias horas o pruebas deportivas prolongadas. El esfuerzo que se mantiene en estos casos provoca que, conforme se van agotando las reservas de glucógeno, el organismo emplea las grasas como principal combustible energético.