Los lectores que se hayan internado en las páginas de El efecto Tyndall, se van a encontrar en Atmósfera para amantes y ladrones con algunos de esos entrañables personajes, en nuevas y divertidas aventuras. Esta obra no es ni una continuación ni un preludio de la anterior, sino que es una comedia que, aun siendo tejida con los mismos hilos, se puede leer independientemente de su predecesora. Atmósfera para amantes y ladrones es una novela negra, muy negra, escrita en clave de humor, de mucho humor. En ella no falta ningún ingrediente de los que hacen adictivas al límite a ciertas obras de misterio. Es además un homenaje al Jazz y a ciertos intérpretes clásicos que se pasean por ella, así como el escritor Tom Sharpe, que aparece en sus primeras páginas, y a las películas La ventana indiscreta, de Alfred Hitchcock, y Misterioso asesinato en Manhattan, de Woody Allen.