La autora, partiendo del convencimiento de que todas las personas somos buscadoras de felicidad, propone unos senderos modestos pero fiables, psicológicamente sanos, capaces de ser comprendidos y transitados por creyentes y no creyentes y llenos de sabiduría espiritual, para ir en su búsqueda. Estas páginas quieren ser una pedagogía de la felicidad en diálogo con nuestra cultura y atentos a lo que hoy puede enseñarnos el hombre feliz que fue Jesús de Nazaret. Es un libro que brota de la experiencia y quiere conducir a ella; por ello además de una reflexión teórica propone una serie de ejercicios para ampliar la consciencia sobre los propios caminos de felicidad.