Esta es la oportunidad de tener una idea completa e imparcial de cómo era esa época, las luces, de la cual Calomarde era un bastardo.
El nombre de Calomarde pertenece a lo más oscuro, abyecto y olvidable de la historia. Alguien que podría haber sido un Shylock ibérico o una Lady Macbeth: el que susurra a los oídos de los príncipes, el que conspira de madrugada para estrangular a sus enemigos, el que apuñala a su amo mientras le ofrece, obsequioso, la patita. Un brazo ejecutor, el que mandaba en lo que los periodistas de hoy llamarían las cloacas del Estado. Fue, de hecho, el primer capo de esas cloacas del Estado, que él mismo inauguró.
Libro pequeño pero, en suma, enjundioso a más no poder.
LO QUE PIENSA LA CRITICA
Hay libros que uno recomienda por puro compromiso o que sencillamente reseña cuidando de no comprometerse. Pero hay otros con los que sucede lo contrario y para bien. -Antonio Jimenez-Blanco Carrillo De Albornoz, LIBROS, nocturnidad y alevosía
Conocía la figura de Calomarde por lo que había escrito Galdós en Los apostólicos y siempre lo había asociado a un trepa. Me ha gustado cómo, a partir de testimonios y el ejercicio de la conjetura, del Molino da la vuelta a esa concepción para convertirlo en un tirano. Un hombre con unos ciertos ideales que supo moverse en la corte de Fernando VII hasta terminar haciéndose con el poder para mantenerlo durante una década, aplastando a los liberales y cabreando a los absolutistas. Mientras construye esta reinterpretación del personaje histórico, el autor de La España vacía maneja con inteligencia el discurso: para acrecentar el interés anticipa hechos en los que estuvo involucrado sin llegar a contarlos, e imprime al personaje matices positivos que aumentan el relieve de las atrocidades que cometió. Así se lee el libro, de una sentada. - Ignacio, goodreads
SOBRE EL AUTOR
Sergio Del Molino- Ha sido periodista, pero ya sólo ejerce la profesión en modo predicador, como columnista, en El País, y divagador en las radios, en Onda Cero. A veces escribe ensayos narrativos con sabor a crónica, como La España vacía (2016) o Lugares fuera de sitio (Premio Espasa 2019), y a veces escribe novelas autobiográficas que no parecen novelas, como La hora violeta (Premios Tigre Juan y Ojo Crítico 2013), Lo que a nadie le importa (2014) o La mirada de los peces.
El nombre de Calomarde pertenece a lo más oscuro, abyecto y olvidable de la historia. Alguien que podría haber sido un Shylock ibérico o una Lady Macbeth: el que susurra a los oídos de los príncipes, el que conspira de madrugada para estrangular a sus enemigos, el que apuñala a su amo mientras le ofrece, obsequioso, la patita. Un brazo ejecutor, el que mandaba en lo que los periodistas de hoy llamarían las cloacas del Estado. Fue, de hecho, el primer capo de esas cloacas del Estado, que él mismo inauguró.
Libro pequeño pero, en suma, enjundioso a más no poder.
LO QUE PIENSA LA CRITICA
Hay libros que uno recomienda por puro compromiso o que sencillamente reseña cuidando de no comprometerse. Pero hay otros con los que sucede lo contrario y para bien. -Antonio Jimenez-Blanco Carrillo De Albornoz, LIBROS, nocturnidad y alevosía
Conocía la figura de Calomarde por lo que había escrito Galdós en Los apostólicos y siempre lo había asociado a un trepa. Me ha gustado cómo, a partir de testimonios y el ejercicio de la conjetura, del Molino da la vuelta a esa concepción para convertirlo en un tirano. Un hombre con unos ciertos ideales que supo moverse en la corte de Fernando VII hasta terminar haciéndose con el poder para mantenerlo durante una década, aplastando a los liberales y cabreando a los absolutistas. Mientras construye esta reinterpretación del personaje histórico, el autor de La España vacía maneja con inteligencia el discurso: para acrecentar el interés anticipa hechos en los que estuvo involucrado sin llegar a contarlos, e imprime al personaje matices positivos que aumentan el relieve de las atrocidades que cometió. Así se lee el libro, de una sentada. - Ignacio, goodreads
SOBRE EL AUTOR
Sergio Del Molino- Ha sido periodista, pero ya sólo ejerce la profesión en modo predicador, como columnista, en El País, y divagador en las radios, en Onda Cero. A veces escribe ensayos narrativos con sabor a crónica, como La España vacía (2016) o Lugares fuera de sitio (Premio Espasa 2019), y a veces escribe novelas autobiográficas que no parecen novelas, como La hora violeta (Premios Tigre Juan y Ojo Crítico 2013), Lo que a nadie le importa (2014) o La mirada de los peces.