Venimos de un rancho (porque no fue un ranchito sino RANCHO) de barro y paja brava, fresca casa en tiempos llenos de risas, faltó de todo y cualquier cosa estaba de más. Venimos desde el fondo de muchas necesidades, las paredes de barro, el techo de paja y el piso sólo tierra, pero tierra limpia, tierra que sanaba los pies descalzos. Los pies descalzos, la pisada firme y la mirada feliz.