¿Qué se propuso Georges Duhamel al escribir «Carta sobre los bibliófilos»? ¿Proponer al lector, quizá, un modelo arquetípico de bibliófilo? ¿Presentar, por el contrario, una contrafigura del mismo? Probablemente ninguna de estas cosas de modo absoluto y radical, y seguramente ambas a la vez. «Carta sobre los bibliófilos» parece, a primera vista, una invectiva contra un determinado tipo de bibliofilia, pero también, y al mismo tiempo, un intento de darla a conocer, explicarla, intentar comprenderla y hasta superarla.