¿Qué pasaría si existiese una puerta que te lleve al pasado, más precisamente a tu infancia? En las páginas de este conmovedor relato, nos adentramos en una historia de la vida misma, una narración que teje hechos contemporáneos con el pasado a través del descubrimiento de unas cartas olvidadas. Con un tono melancólico que permea cada palabra, nos sumergimos en el mundo del personaje principal, cuya existencia se desvela a través de las cartas que un día le pertenecieron. No obstante, la trama no se limita únicamente al protagonista, ya que también los hermanos que encontraron las cartas tienen un papel fundamental en esta historia. Sus vidas se entrelazan en tiempo y espacio, aunque sus caminos parecen transcurrir en paralelo. A medida que los hermanos se sumergen en las epístolas, recuerdos de infancias perdidas se revelan ante sus ojos, evocando momentos entrañables y anécdotas compartidas. Con una prosa íntima y evocadora, esta obra transporta al lector a un universo de melancolía y nostalgia, donde las palabras se entrelazan para recordarnos que los vínculos del pasado pueden moldear el presente y el futuro. A través de la lectura de estas cartas, seremos testigos de una historia que trasciende el tiempo, dejando una huella imborrable en el corazón de quienes se aventuren en sus páginas.