En este libro el autor le canta a la tierra que alguna vez trabajó, a la Patagonia inmensa donde se dilata la soledad, a los glaciares y a los árboles. Además, relata la historia simple y sencilla de un pueblo antiguo rodeado de bardas donde aflora la chichina después de las tormentas. Esta aldea se ubica sobre el margen norte del río Negro que fecunda la simiente feraz de su Alto Valle para hacer llegar el dulce fruto a lejanos puertos de ultramar.