Las veintiún narraciones que componen este libro hablan, de un modo u otro, de madres. Pero también de las intenciones y pulsiones de ser o no ser madre. O de las múltiples y contradictorias maneras de ser o no ser madre. Y de lo que conlleva ser madre o no serlo, o de lo que se lleva consigo, quizá para siempre en uno y otro caso. De todo ello tratan estas sólidas narraciones de Goiatz Labandibar. Y también, por supuesto, de las hijas e hijos que confieren a una mujer el estatus de madre, así como de las relaciones y contradicciones que entre esta y aquellos se establecen. En definitiva, los relatos se centran en la forma de vida de las mujeres (no de «la mujer» como arquetipo), y escrutan ese momento en el que ser o no ser madre se convierte en una vivencia nuclear. La autora se vale para ello de muy diversos registros. Algunas piezas rezuman ironía, otras adoptan cierto aire de crónica, no son raros los relatos que se adentran en la reflexión o en la historia de mujeres y tiempos concretos. Pero todas las narraciones respiran una intención literaria común: indagar en la conciencia de los personajes, siempre de la mano de una curiosidad sostenida, a través de los razonamientos que sustentan sus acciones y conductas. Y ciertamente esa intención cuaja en un espléndido logro literario.