Mientras vivamos, el futuro se hace realidad. Ahí está, una promesa o un espectro. A un hombre le trae la alegría y la realización de sus sueños, a otro, la tragedia.
Durante toda tu vida has visto cómo sucedían esos futuros. Hace años, algún íntimo tuyo dio muestras de espléndidas posibilidades. Ahora es un hombre roto, enfermo y desacreditado. Un conocido que creías poco prometedor es rico y venerado. ¿Cómo ha sucedido?
No hay cuestión más importante que ésta, ninguna sobre la que tú y yo necesitemos más luz. Aquí estamos, trabajando en nuestras tareas, tratando de ahorrar un poco de dinero, dando el amor que tenemos a nuestros íntimos, y esperando, siempre esperando, un mañana mejor.
Pero supongamos que estamos trabajando, ahorrando, luchando en vano. Tenemos que hacer algo sobre el mañana AHORA. ¿Y si descubrimos, dentro de unos años, que la ignorancia de ciertas leyes y el descuido de métodos importantes comprometieron nuestros esfuerzos y nos dejaron decepcionados? Ese es nuestro miedo.
No se puede construir el futuro en el futuro. Sólo puedes planearlo con programas constructivos y acciones positivas hoy. Ahora hay algo que puedes tomar y algo que puedes dar. Tu dar puede ser sólo una atención cortés a las ideas de otro hombre, pero eso es algo, de hecho, mucho. Cuando este acto de dar y tomar se repite sabiamente, aprendes no sólo que puedes producir una vida en constante desarrollo, sino cómo, que es hasta cierto punto.
Debemos estar preparados para enfrentarnos a un escenario siempre cambiante. Seguramente esto siempre ha sido así. ¿Acaso el arte de planificar el futuro no comienza con el interés por saber cómo superar los obstáculos de hoy? El mañana es nuevo. Se necesitan nuevos caminos en el ahora si queremos estar preparados para el tiempo que viene.
Supón que, en lugar de vivir en este siglo, fueras un hombre primitivo tratando de levantar una enorme piedra, desgarrando tus dedos sangrantes. Supón que alguien llega con una palanca, gritando: "Toma, tengo una palanca, te sacaré la piedra". ¿Qué harías: seguir tirando, o apartarte y dejar que use su barra?
Si le vieras realizar la tarea con facilidad, ¿dejarías que el hombre se fuera, dejándote luchar con otras rocas, o le preguntarías cómo funcionan esas palancas? Supongamos entonces que, después de haber aprendido todo sobre esta forma más fácil de mover las rocas, descubres que este desconocido utilizaba otros métodos nuevos para ti. Podía mover cosas sobre lo que él llamaba "ruedas". Sabía cómo aprovechar una cascada y hacerla funcionar para ti. Podía ahuecar un tronco para que, en él, pudieras viajar con facilidad por el agua. ¿No te emocionarías un poco y querrías averiguar más de lo que sabía?
Llevo muchos años entusiasmado con lo que me parece un hecho asombroso. El descubrimiento de cómo controlar la materia, para facilitar la vida física, llegó a la humanidad lentamente.
Durante toda tu vida has visto cómo sucedían esos futuros. Hace años, algún íntimo tuyo dio muestras de espléndidas posibilidades. Ahora es un hombre roto, enfermo y desacreditado. Un conocido que creías poco prometedor es rico y venerado. ¿Cómo ha sucedido?
No hay cuestión más importante que ésta, ninguna sobre la que tú y yo necesitemos más luz. Aquí estamos, trabajando en nuestras tareas, tratando de ahorrar un poco de dinero, dando el amor que tenemos a nuestros íntimos, y esperando, siempre esperando, un mañana mejor.
Pero supongamos que estamos trabajando, ahorrando, luchando en vano. Tenemos que hacer algo sobre el mañana AHORA. ¿Y si descubrimos, dentro de unos años, que la ignorancia de ciertas leyes y el descuido de métodos importantes comprometieron nuestros esfuerzos y nos dejaron decepcionados? Ese es nuestro miedo.
No se puede construir el futuro en el futuro. Sólo puedes planearlo con programas constructivos y acciones positivas hoy. Ahora hay algo que puedes tomar y algo que puedes dar. Tu dar puede ser sólo una atención cortés a las ideas de otro hombre, pero eso es algo, de hecho, mucho. Cuando este acto de dar y tomar se repite sabiamente, aprendes no sólo que puedes producir una vida en constante desarrollo, sino cómo, que es hasta cierto punto.
Debemos estar preparados para enfrentarnos a un escenario siempre cambiante. Seguramente esto siempre ha sido así. ¿Acaso el arte de planificar el futuro no comienza con el interés por saber cómo superar los obstáculos de hoy? El mañana es nuevo. Se necesitan nuevos caminos en el ahora si queremos estar preparados para el tiempo que viene.
Supón que, en lugar de vivir en este siglo, fueras un hombre primitivo tratando de levantar una enorme piedra, desgarrando tus dedos sangrantes. Supón que alguien llega con una palanca, gritando: "Toma, tengo una palanca, te sacaré la piedra". ¿Qué harías: seguir tirando, o apartarte y dejar que use su barra?
Si le vieras realizar la tarea con facilidad, ¿dejarías que el hombre se fuera, dejándote luchar con otras rocas, o le preguntarías cómo funcionan esas palancas? Supongamos entonces que, después de haber aprendido todo sobre esta forma más fácil de mover las rocas, descubres que este desconocido utilizaba otros métodos nuevos para ti. Podía mover cosas sobre lo que él llamaba "ruedas". Sabía cómo aprovechar una cascada y hacerla funcionar para ti. Podía ahuecar un tronco para que, en él, pudieras viajar con facilidad por el agua. ¿No te emocionarías un poco y querrías averiguar más de lo que sabía?
Llevo muchos años entusiasmado con lo que me parece un hecho asombroso. El descubrimiento de cómo controlar la materia, para facilitar la vida física, llegó a la humanidad lentamente.