El peronismo no compone una realidad palmaria que está allí, una sustancia histórica en el pasado ante la cual el pensamiento laborioso en los archivos se reconoce en su capacidad reflexiva. No es una entidad objetiva y estable, un cuerpo en el pasado. Es una realidad histórica mutante, aunque en modo alguno es informe. Por eso me resisto a disolverla en sus relatos o en la multiplicidad de los puntos de vista "nativos". El peronismo es muchas cosas, y entre ellas no son las menos salientes los esguinces en las maneras de retratarlo, de explicarlo y rememorarlo, de ensayar elucidaciones del mismo. Las imágenes del primer peronismo traccionan viejos y nuevos incordios. Dado que nuestro saber al respecto brota del entrevero de las interpretaciones, pareciera que el peronismo es un relámpago que cabriolea en el embate de espadas hermenéuticas. Pero sucede que ninguna de las interpretaciones, ni la adición de todas ellas, lo agota completamente. Es eso lo que obliga a investigarlo una vez más. (De la "Introducción")