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Crónicas de Vida, Soledad y Muerte, es la ópera prima de Miguel Anabalón y consta de relatos construidos en los intersticios entre realidad y ficción, el humor y el drama psicológico, el mito urbano y la crónica autobiográfica. Cada cuento revela la fascinación del autor no solo por la literatura, sino también por la música, el cine, la física, las matemáticas y las ciencias metafísicas, así como por las cuestiones existenciales del ser humano. El cruce de todas estas temáticas se refleja en las estructuras de los relatos, que se abren al juego de la simulación, los espejos y los laberintos…mehr

Produktbeschreibung
Crónicas de Vida, Soledad y Muerte, es la ópera prima de Miguel Anabalón y consta de relatos construidos en los intersticios entre realidad y ficción, el humor y el drama psicológico, el mito urbano y la crónica autobiográfica. Cada cuento revela la fascinación del autor no solo por la literatura, sino también por la música, el cine, la física, las matemáticas y las ciencias metafísicas, así como por las cuestiones existenciales del ser humano. El cruce de todas estas temáticas se refleja en las estructuras de los relatos, que se abren al juego de la simulación, los espejos y los laberintos borgeanos, planteando al lector un papel activo en la reflexión y la diversión. Los personajes, afectados por la soledad, el ego, el amor, el poder y la obsesión, invitan al lector a embarcarse en un viaje hacia las profundidades de la mente, la memoria y la percepción del tiempo.
Autorenporträt
Miguel Anabalón nació en Chile en 1956. Hijo de padres maestros, se convirtió en ingeniero y siempre demostró un profundo amor por su familia, la música y el fútbol. Inició su educación en la Escuela N°1 y la continuó en el Liceo de Hombres N°8. Comenzó sus estudios universitarios a los 16 años en la Universidad de Chile, donde cursó la carrera de Ingeniería Estructural. A lo largo de su vida, desempeñó diversos roles, desde ejecutivo comercial en IBM hasta Gerente de Tecnología en Banco Estado. Tuvo una infancia feliz, llena de pequeñas aventuras, donde disfrutaba leyendo canciones y libros. También se destacaba como observador perspicaz de la realidad durante sus viajes diarios en microbús, además de ser un buen escucha y amante de las conversaciones interesantes, todo ello alimentado por su inagotable imaginación. La escritura se convirtió en una necesidad para expresar sus pensamientos sobre la vida, la soledad y la muerte.